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Un viaje a través de una reconstrucción

Hoy, ¡nos vamos de viaje! Seguramente alguna que otra vez hemos contratado un guía turístico o una audioguía para comprender mejor el trasfondo de los lugares que visitamos. La verdad es que suele resultar útil, ya que puedes ver todos los elementos, escuchar la explicación y, a veces, hasta tocar los materiales. Sin embargo, no todo el mundo tiene la suerte de mantener intactos sus cinco sentidos. Para esas personas también existen formas de disfrutar de todos los detalles, y ¿sabéis qué? Las maquetas les ayudan a conseguirlo.

Las nuevas tecnologías han hecho posible que le otorguemos vida a objetos inanimados. Así que… ¿por qué no aprovecharlo al máximo? Siempre hemos podido ver maquetas en museos o en yacimientos arquitectónicos que plasman, a pequeña escala, desde una ciudad antigua hasta una aproximación de lo que ocurrirá en el futuro. En estos casos, para las personas invidentes, el tacto se puede convertir en su mejor amigo. Poder palpar cada detalle con sus dedos. Esto ya es posible gracias a las maquetas.

Crear una maqueta con el fin de que todos la toquen no es tarea fácil. Hay que saber escoger unos materiales que resistan la fricción. No obstante, es muy interesante que una persona pueda llegar a distinguir los diferentes tipos de texturas, tener una idea de cada espacio independiente y percibir todas las peculiaridades que el diseñador pretende comunicar simplemente a través del tacto.

Ya existe este tipo de maqueta, y en ellas se incluye un sistema de escritura Braille para la mayor comprensión del espacio. Asimismo, para saber cómo distinguir los espacios, se establece una leyenda con diferentes texturas. Por ejemplo: si se trata de pavimento, se usará una textura en cuadrícula; si es arena, un punteado; y si se trata de agua, ondas.

Además del tacto, el oído también es una gran ayuda para alguien que no puede ver. Pero, ¿qué pasaría si la maqueta hablase? Las maquetas interactivas son muy útiles a la hora de que el receptor pueda llegar a comprender el mensaje que se pretende dar. De esta forma, si agregamos botones a los distintos espacios del prototipo, este cobrará vida y no necesitará que alguien esté allí para explicarlo todo. Una voz grabada sonará cuando se pulse un interruptor.

Y estas maquetas no son prácticas solo para invidentes, cualquier persona puede aprender y explorar cada recoveco de la misma. Estos modelos se utilizan bastante como material didáctico en museos y en colegios, ya que representan de una forma sencilla todo lo que ocurre en un lugar concreto.

Jugar con la escala y las reconstrucciones siempre es interesante. Pero si se le añade luz, movimiento y voz, ten por seguro que todos los focos van a apuntar hacia tu trabajo. Suena bien, ¿verdad?

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