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Los ingredientes esenciales para una maqueta

Huevos, leche, harina… Como si de una receta de cocina se tratara, para construir una maqueta se necesitan ingredientes. Pero en este caso no son nada apetecibles para un bocado, ya que, aunque la madera es el plato principal de las termitas, a los humanos no nos suele gustar ese tipo de fibra.

Empecemos a elaborar nuestra lista de la compra. Lo primero que debemos tener en cuenta es el resultado final que queremos obtener. Fijarse en los elementos del boceto y las texturas de cada uno de ellos. A partir de ahí, existen un sinfín de materiales que nos pueden servir para causar el efecto que deseamos. Sin embargo, también hay que fijarse en el bolsillo. Por eso, con un poco de maña e imaginación, se pueden tener acabados brillantes con materiales básicos.

Y lo más básico que podemos utilizar para nuestra maqueta es el papel. Aunque, por su poca resistencia, es aconsejable que se use solo para detalles pequeños o para crear texturas. Para la estructura de una maqueta lo que más se suele utilizar es la madera, en particular, la llamada madera balsa. Es un material bastante flexible si se humedece y fácil de manipular y cortar. Y un paseo por el parque también nos viene muy bien. Podemos recoger ramas y hojas para hacer los espacios verdes, ¡más barato imposible!

Si pensamos en ventanas el primer material que nos viene a la cabeza es el cristal. Aunque algunas veces se utiliza el vidrio en maquetas, no es demasiado aconsejable. Es verdad que aporta más profesionalidad y da un resultado mucho más realista. Pero los inconvenientes ganan a las ventajas, ya que se puede romper fácilmente, es caro y difícil de manejar. En lugar del cristal, es mejor optar por metacrilato, acetato o PVC transparente; puesto que poseen los puntos a favor de los que el vidrio carece.

También es interesante el uso de algunos metales. Por ejemplo, añadir alambres para reforzar la estructura o para conseguir un acabado más vistoso y original. No hay que olvidarse de los pegamentos, que variarán según los materiales escogidos. Y para impresionar sí o sí, incorporar algunas luces no es complicado si usamos leds conectados a una pequeña batería.

Por último, para arrasar con el acabado lo mejor es echar a volar la imaginación. Cualquier elemento nos puede ser válido para construir esos pequeños detalles que suelen llamar la atención y marcar la diferencia. Desde retales de telas para hacer cortinas, hasta una visita al primo pequeño para pedirle el mobiliario de los Playmobil. Incluso podemos coger el pincel y desarrollar la creatividad con pinturas acrílicas.

Ya veis que casi todo vale para construir una maqueta. El resultado de la misma depende mucho de la creatividad y la destreza del arquitecto. ¡Ah! Y si la inspiración no viene a visitarnos, siempre podemos ir a buscarla. Una ojeada a otros trabajos nos puede abrir la mente para una nueva creación.

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