La maqueta es algo íntimamente ligado al avance científico y su empleo, en casi todos los campos de la ciencia, ha sido una constante a lo largo de la historia.
En nuestros días, las nuevas tecnologías de impresión 3D y otros avances abren nuevos campos a su utilización en numerosas áreas.
Un breve repaso histórico de la maqueta en la ciencia
Entre 1491 y 1493 el geógrafo y astrónomo alemán Martin Behaim creó, por encargo de la ciudad de Nuremberg, el primer globo terráqueo. Una maqueta esférica de apenas cincuenta centímetros de diámetro a la que trasladó toda la cartografía existente en planos del mundo conocido.
El hombre universal que era Leonardo da Vinci ensayaba en modelos a escala sus invenciones en todos los campos que abarcaba su vasta imaginación, desde máquinas voladoras hasta los ingenios militares y de asedio.
A lo largo de la historia, la maqueta ha servido como instrumento para plasmar a escala algo cuya magnitud no permitía ser abarcado en su totalidad o como prueba empírica de un proyecto superior antes de su realización.
Pero también ha tenido un amplio campo divulgativo y formativo aplicado al aprendizaje y difusión del conocimiento científico en campos como la medicina. Desde muy antiguo, la reproducción de la anatomía humana, de los órganos y estructuras en las más diversas formas y escalas, ha sido algo habitual para la formación en ciencias de la medicina.
Otras ciencias como la militar han usado la maqueta arquitectónica para estudiar ataques, defensas, fortificaciones o asedios.
Las nuevas maquetas y la ciencia actual
Hoy en día se siguen utilizando las maquetas en todo tipo de investigaciones, ya sea para ensayos o como representación de modelos en todo tipo de proyectos. Pero un campo en el que las nuevas maquetas en impresión 3D están abriendo un nuevo mundo de posibilidades es el de la medicina.
Baste pensar en que hoy está a nuestro alcance el reproducir una maqueta tridimensional de cualquier órgano de una persona mediante un sencillo proceso de trasladar los datos aportados por la resonancia magnética a un sistema de procesamiento y de impresión 3D, en pocas horas. Esto permite programar una crujía con un conocimiento exacto de lo que el cirujano va a encontrar en el paciente.
Una técnica similar ha sido aplicada en España por el doctor Krauel en la operación de tumores en niños, con una maqueta exacta del tumor reproduce los órganos del niño en silicona.
Las nuevas tecnologías, aplicadas a la maqueta y a la ciencia, abren un campo de posibilidades insospechado para todo tipo de pruebas y ensayos que nos llevan hacia nuevos avances o limitan los errores.